El padre Julio César Grassi, condenado en 2009 a 15 años de prisión por dos casos de abuso sexual infantil y corrupción de menores, solicitó la libertad condicional tras cumplir más de dos tercios de su condena. Este jueves, el Tribunal en lo Criminal N°1 de Morón evaluará su pedido en una audiencia en la que Grassi se representará a sí mismo, ya que obtuvo el título de abogado durante su tiempo en prisión.
La audiencia del jueves se presenta como un momento decisivo para Grassi, cuya condena fue ratificada por la Corte Suprema en 2017. Aunque Grassi solicitó su liberación, su condena, que inicialmente estaba prevista hasta agosto de 2026 debido a un cómputo de la pena, fue extendida hasta mayo de 2028 por la Cámara de Apelaciones de Morón, que anuló la aplicación del beneficio de "dos por uno".
Grassi argumenta que tiene derecho a la libertad condicional según el artículo 13 del Código Penal, que permite a los condenados a más de tres años de prisión solicitar este beneficio tras cumplir dos tercios de su condena. Sin embargo, el abogado querellante, Juan Pablo Gallego, se opone firmemente a este pedido. Gallego destaca que el mismo Código Penal excluye a los condenados por delitos sexuales de este beneficio, y señala que la liberación de Grassi tendría un impacto negativo en la psiquis de la víctima, respaldado por informes psiquiátricos.
Además, Gallego subraya que Grassi se negó a someterse a una pericia psicológica, un requisito para evaluar su posible reinserción social. A pesar de estas circunstancias, Grassi fue trasladado a la sede judicial desde la Unidad Penitenciaria N°41 de Campana, donde se encuentra alojado en un pabellón para presos con buena conducta.