
Las tensiones en Medio Oriente siguen en aumento luego de que las fuerzas israelíes bombardearan el campamento de refugiados palestinos de Ein el-Hilweh, ubicado en el sur de Líbano. Según informes oficiales, al menos cinco personas murieron durante el ataque, que forma parte de la ofensiva terrestre "limitada" que Israel inició en la región.
Este bombardeo marcó el primer ataque israelí en Líbano tras el anuncio de una operación terrestre que busca neutralizar infraestructuras militares de Hezbollah. El Ejército de Israel afirmó que sus objetivos incluyeron plantas de fabricación de armas en Beirut y otros sitios clave del grupo militante libanés.
Respuesta de Hezbollah
En reacción al ataque, Hezbollah lanzó una decena de cohetes hacia posiciones israelíes cercanas a la frontera. El grupo shiíta también abrió fuego con artillería, intensificando los enfrentamientos en la región. Israel informó que se están produciendo “intensos combates” en las áreas fronterizas, apoyados por operaciones basadas en inteligencia militar.
Campamento de refugiados: blanco del conflicto
El campamento de Ein el-Hilweh es el más grande de los 12 campamentos de refugiados palestinos en Líbano, y alberga a más de 47,000 personas. El ataque generó preocupación en la comunidad internacional por la seguridad de los civiles, dado el contexto de la escalada en la región.
La ONU, a través de su secretario general António Guterres, expresó "grave preocupación" por el aumento de la violencia y advirtió sobre una "catástrofe inminente". Guterres subrayó la importancia de proteger a los civiles y pidió la desescalada del conflicto. La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (UNIFIL) también condenó los ataques y advirtió que podrían constituir crímenes de guerra.