El Gobierno, a través del Ministerio de Economía, estableció un límite del 2,7% en las subas de tarifas de servicios regulados como la energía eléctrica y el gas natural para octubre de 2024. Esta decisión busca contener la inflación, que, según proyecciones, podría perforar el 3% mensual por primera vez desde noviembre de 2021, cuando el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicó en 2,5%.
El aumento en las tarifas eléctricas afectará tanto a usuarios residenciales como comerciales. Sin embargo, el impacto total en las boletas no será tan elevado como en otras oportunidades. Las empresas de energía como Edenor y Edesur serán las principales beneficiadas, aunque el Gobierno asegura que se está buscando proteger a los sectores más vulnerables con bonificaciones que se mantendrán durante este mes.
Por su parte, en el sector del gas natural, el Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) confirmó que las tarifas de transporte y distribución tendrán un aumento similar del 2,7%, aunque algunos usuarios verán una baja en sus facturas. En particular, quienes pertenecen a los niveles de ingresos bajos y medios recibirán descuentos que promedian el 5%.
Este ajuste controlado es parte de la estrategia del Gobierno para mantener bajo control los precios regulados, que juegan un papel importante en la evolución de la inflación. En los últimos 34 meses, la inflación mensual se mantuvo por encima del 3%, pero la suba limitada de tarifas podría cambiar este panorama a corto plazo.
Hacia el futuro, se espera que la actualización de los precios regulados tenga un hito importante en enero de 2025, cuando se lleve a cabo la Revisión Quinquenal Tarifaria (RQT). Este proceso permitirá ajustar los ingresos de las empresas que suministran servicios esenciales como electricidad y gas, lo que podría implicar aumentos de tarifas por encima de la inflación proyectada para ese momento.