El expresidente de Bolivia, Evo Morales, es acusado de haber tenido una hija con una menor de edad mientras ocupaba la presidencia del país. La denuncia, que salió a la luz recientemente, alega que Morales también habría cometido los delitos de estupro y trata de personas.
La presunta víctima tenía 15 años en ese momento y, según la investigación, habría quedado embarazada como resultado de la relación con el exmandatario.
El caso tomó un giro inesperado cuando, a pesar de emitirse una orden de aprehensión en su contra, esta fue anulada por un recurso legal presentado por sus abogados. La fiscal Sandra Gutiérrez, encargada de la investigación, fue destituida luego de haber pedido la detención de Morales, generando aún más controversia sobre la independencia de las autoridades judiciales bolivianas.
El actual ministro de Justicia, César Siles, mostró su indignación ante la situación, señalando la gravedad de los delitos y la posibilidad de que estos queden impunes. Según él, la menor dio a luz a una niña cuyo padre está registrado oficialmente como Evo Morales, lo que complica aún más el panorama legal para el exlíder.
A pesar de la gravedad de las acusaciones, Morales negó los cargos y se mostró desafiante, acusando a sus opositores políticos de querer silenciarlo. En una reciente publicación en redes sociales, afirmó no tener miedo a las acusaciones y que estas forman parte de una persecución política de los gobiernos neoliberales de Bolivia.
Hasta ahora, no se logró avanzar en la investigación, ya que la jueza a cargo anuló la orden de arresto. El caso desató un fuerte debate en el país sobre la justicia y el poder que aún tiene Morales en el sistema político y judicial boliviano.