
La sanción que recibió Franco Colapinto en el Gran Premio de México, tras una colisión con Liam Lawson, le dejó dos puntos de penalización en su Superlicencia, un daño colateral que podría ser más peligroso de lo que parece.
En la vuelta 66, Colapinto y Lawson peleaban palmo a palmo por la 12ª posición. El argentino, decidido a pasar, intentó una maniobra por el exterior en la curva 1. Aunque superó al neozelandés por un instante, el roce entre ambos dejó a Lawson con el alerón dañado, obligándolo a detenerse en boxes.
Los comisarios no tardaron en analizar el incidente y concluyeron que Colapinto era el "predominante responsable" del choque. Esto le valió dos sanciones: diez segundos en la carrera y, lo más importante, dos puntos en su Superlicencia, el documento que habilita a los pilotos a competir en la categoría reina.
A pesar de la penalidad de tiempo, Franco conservó su 12° puesto, ya que la diferencia con Esteban Ocon era considerable. Sin embargo, los dos puntos sumados a su licencia ahora lo obligan a ser mucho más cuidadoso. Doce puntos acumulados en un año significarían la suspensión de una carrera, un golpe duro para cualquier piloto en ascenso.
Este sistema de puntos busca mantener la disciplina en la pista. Cada infracción tiene un peso específico, desde colisiones hasta saltarse banderas amarillas. Si un piloto acumula 12 puntos en 12 meses, es suspendido por una carrera.
Colapinto expresó su disconformidad tras el evento. En una entrevista para la F1 en YouTube, comparó su situación con el incidente entre Lando Norris y Max Verstappen en Austin. "Es uno de esos casos donde te empujan fuera de la pista", afirmó el argentino, defendiendo su maniobra como legítima.
Con estos dos puntos, Colapinto ahora está en la mira de la federación. Cada carrera será decisiva para evitar sumar nuevas sanciones. El joven de Pilar necesita mantener su licencia limpia para asegurar un asiento en la próxima temporada de F1, una meta que parecería más cercana que nunca.