El almuerzo de trabajo que Milei compartió con Trump incluía a figuras claves de su gabinete: Werthein, Caputo, Bullrich y otros miembros importantes.
Pero fue la rueda de prensa la que acaparó la escena. Trump manifestó que la ayuda de 20 mil millones de dólares recientemente aprobada por el Tesoro estadounidense dependería no sólo de las reformas económicas, sino del respaldo electoral que Milei reciba.
Minutos después, los mercados reaccionaron: el peso argentino sufrió una fuerte depreciación y los bonos cayeron. La frase de Trump se interpretó como un ultimátum político convertido en tormenta financiera.
Control de daños y puesta en escena
Al cabo de unas horas, el Gobierno argentino activó un operativo de contrarrestar el impacto. En Blair House (residencia donde se alojaba Milei en Estados Unidos) se convocó una reunión urgente entre él, Bullrich, Caputo y Werthein.
La respuesta pública no se hizo esperar: el jefe de Estado posteó en X una versión suavizada de los dichos: “El apoyo que Usted y su gran país nos ha dado es de vital importancia… continuará salvo que volvamos a abrazar al populismo”
Muchas gracias Presidente Trump por recibirme en la Casa Blanca.
— Javier Milei (@JMilei) October 14, 2025
Desde antes de ser Presidente vengo sosteniendo que la República Argentina debe ser una aliada estratégica de los Estados Unidos de América y ahora que el pueblo argentino confió en mí para guiar los destinos de… pic.twitter.com/JfGs0DnIyw
Además, funcionarios argentinos pidieron a Scott Bessent (secretario del Tesoro) y a Trump que moderaran declaraciones en redes para mitigar el efecto político.
El fondo del episodio plantea una pregunta incómoda: ¿puede Washington condicionar el auxilio de un país soberano al resultado de sus elecciones? Para algunos críticos, la intervención pública de Trump en un proceso electoral argentino raya en la injerencia geopolítica.
Por otro lado, funcionarios del Tesoro estadounidense sostuvieron que el apoyo está atado al cumplimiento de reformas económicas y que Argentina debe mantener una política consistente de libre mercado.
Sea como fuere, el episodio marca un punto de inflexión: Milei aterrizó en Washington buscando reforzar su imagen y volvió con un condicionamiento político que desbordó la escala prevista.
Ahora, a once días de las elecciones, cada palabra de Trump pesa tanto en los mercados como en las urnas argentinas.
