Fueron dos días en los que se definió la partitura de la nueva gestión de Javier Milei tras la contundente victoria electoral. En ese lapso, quedaron sentadas las piezas que gobernarán los próximos meses: controlar el déficit, reformar el trabajo, bajar impuestos, endurecer el Código Penal.
La culminación del movimiento se dio con el anuncio, el domingo por la noche, de Diego Santilli como nuevo ministro del Interior. Ese nombramiento puso fin a la especulación y dio la señal de que el presidente despejó una incógnita clave.
El escenario previo: tensiones internas y apuestas cruzadas
El viernes por la noche, el primero de los movimientos importantes: la renuncia de Guillermo Francos a la Jefatura de Gabinete.
En ese marco, dos nombres se disputaban relevancia: Karina Milei (secretaria general de la Presidencia) y Santiago Caputo (principal asesor político del presidente). Ambos habían crecido en influencia, pero había que definir cómo se repartiría el mando.
La jugada: Santilli, Adorni y el reordenamiento
El llamado sorpresivo. Santilli recibió el ofrecimiento cuando volvía de Paraná, luego de ver a su hijo competir. Al instante aceptó el cargo.
Su designación en el Ministerio del Interior no fue sólo un gesto de diálogo con los gobernadores y el Congreso, tema que él mismo destacó, sino también una señal de hacia dónde va el aparato oficialista.
Paralelamente, se nombró a Manuel Adorni como ministro coordinador/jefe de Gabinete. Ese movimiento reforzó el rol de Karina Milei: quedó con la “firma final” en muchas decisiones, según fuentes internas.
Al mismo tiempo, la posibilidad de Caputo de ocupar el Interior quedó postergada. Él mismo tuiteó un mensaje de felicitación a Santilli, lo que se interpretó como reconocimiento al esquema decidido.
Gran reconocimiento a un tipo que apoyó desde el día uno de manera incondicional el liderazgo del Presidente @JMilei y que puso el hombro para dar vuelta una elección histórica en PBA. Felicitaciones @diegosantilli.
— Santi C. (@slcaputo) November 2, 2025
Con Santilli en Interior y Adorni como coordinador, Karina consolida su posición. Caputo, aunque sigue siendo asesor clave y parte del llamado “triángulo de hierro”, parece haber cedido protagonismo público en este tramo.
Para Santilli, el encargo es claro: “llevar adelante las conversaciones con gobernadores y legisladores para articular con el Congreso cada uno de los consensos necesarios para las reformas que vienen”. Así lo transmitió el presidente.
Y el nuevo ministro lo refrendó: “Voy a escuchar a los gobernadores, ese es mi rol… dentro del marco definido por el presidente”.
El mensaje es doble: alcanzar reformas pero desde un enfoque de “consenso”, lo que implica flexibilidad política. Y al mismo tiempo, mantener el control del núcleo duro del oficialismo bajo la órbita de Karina Milei.